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Huyó olvidando la luna tras la ventana...
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¿Escuchas?... un libro estalla universos inimaginables.
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Leía cuando un beso tinta escapó...
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cinceló su último golpe... gritos brotaron.
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Beso un mármol... la diosa sonrojó.
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Un río anudo la laguna, llovió
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Aprender a leer es la LIBERTAD
Pues no sé qué decirte, el conocimiento casi siempre esconde el dolor de la revelación, esa asintonía de libros y calle. El lector suele purgar -utilizando las palabras del poeta- la cordura ajena, la terrible cordura del idiota.
ResponderEliminarAbrazos, siempre