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26 mayo, 2020

Los Heraldos Negros de César Vallejo



Los Heraldos Negros


Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé!

Son pocos, pero son... Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como un charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!


César Vallejo








10 mayo, 2020

50, ya... (10 mayo 2020)




DESTINO

Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.
Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere
un olvido, una ausencia, a veces menos.
Matamos lo que amamos. ¡Que cese ya esta asfixia
de respirar con un pulmón ajeno!
El aire no es bastante
para los dos. Y no basta la tierra
para los cuerpos juntos
y la ración de la esperanza es poca
y el dolor no se puede compartir.

El hombre es animal de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.

¡Ah! pero el odio, su fijeza insomne
de pupilas de vidrio; su actitud
que es a la vez reposo y amenaza.

El ciervo va a beber y en el agua aparece
el reflejo de un tigre.
El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve
—antes que lo devoren—(cómplice, fascinado)
igual a su enemigo.

Damos la vida sólo a lo que odiamos.


                                                 Rosario Castellanos








Autorretrato

Yo soy una señora: tratamiento
arduo de conseguir, en mi caso, y más útil
para alternar con los demás que un título
extendido a mi nombre en cualquier academia.

Así, pues, luzco mi trofeo y repito:
yo soy una señora. Gorda o flaca
según las posiciones de los astros,
los ciclos glandulares
y otros fenómenos que no comprendo.

Rubia, si elijo una peluca rubia.
O morena, según la alternativa.
(En realidad, mi pelo encanece, encanece.)

Soy más o menos fea. Eso depende mucho
de la mano que aplica el maquillaje.

Mi apariencia ha cambiado a lo largo del tiempo
—aunque no tanto como dice Weininger
que cambia la apariencia del genio—. Soy mediocre.
Lo cual, por una parte, me exime de enemigos
y, por la otra, me da la devoción
de algún admirador y la amistad
de esos hombres que hablan por teléfono
y envían largas cartas de felicitación.
Que beben lentamente whisky sobre las rocas
y charlan de política y de literatura.

Amigas... hmmm... a veces, raras veces
y en muy pequeñas dosis.
En general, rehuyo los espejos.
Me dirían lo de siempre: que me visto muy mal
y que hago el ridículo
cuando pretendo coquetear con alguien.

Soy madre de Gabriel: ya usted sabe, ese niño
que un día se erigirá en juez inapelable
y que acaso, además, ejerza de verdugo.
Mientras tanto lo amo.

Escribo. Este poema. Y otros. Y otros.
Hablo desde una cátedra.

Colaboro en revistas de mi especialidad
y un día a la semana publico en un periódico.

Vivo enfrente del Bosque. Pero casi
nunca vuelvo los ojos para mirarlo. Y nunca
atravieso la calle que me separa de él
y paseo y respiro y acaricio
la corteza rugosa de los árboles.

Sé que es obligatorio escuchar música
pero la eludo con frecuencia. Sé
que es bueno ver pintura
pero no voy jamás a las exposiciones
ni al estreno teatral ni al cine-club.

Prefiero estar aquí, como ahora, leyendo
y, si apago la luz, pensando un rato
en musarañas y otros menesteres.

Sufro más bien por hábito, por herencia, por no
diferenciarme más de mis congéneres
que por causas concretas.

Sería feliz si yo supiera cómo.
Es decir, si me hubieran enseñado los gestos,
los parlamentos, las decoraciones.

En cambio me enseñaron a llorar. Pero el llanto
es en mí un mecanismo descompuesto
y no lloro en la cámara mortuoria
ni en la ocasión sublime ni frente a la catástrofe.

Lloro cuando se quema el arroz o cuando pierdo
el último recibo del impuesto predial.

De En la Tierra de enmedio


                                                          Rosario Castellanos






Muro de lamentaciones


I

Alguien que clama en vano contra el cielo:
la sorda inmensidad, la azul indiferencia,
el vacío imposible para el eco.
Porque los niños surgen de vientres como ataúdes
y en el pecho materno se nutren de venenos.
Porque la flor es breve y el tiempo interminable
y la tierra un cadáver transformándose
y el espanto la máscara perfecta de la nada.

Alguien, yo, arrodillada: rasgué mis vestiduras
y colmé de cenizas mi cabeza.
Lloro por esa patria que no he tenido nunca,
la patria que edifica la angustia en el desierto
cuando humean los granos de arena al mediodía.
Porque yo soy de aquellos desterrados
para quienes el pan de su mesa es ajeno
y su lecho una inmensa llanura abandonada
y toda voz humana una lengua extranjera.

Porque yo soy el éxodo.
(Un arcángel me cierra caminos de regreso
y su espada flamígera incendia paraísos.)
¡Más allá, más allá, más allá! ¡Sombras, fuentes,
praderas deleitosas, ciudades, más allá!
Más allá del camello y el ojo de la aguja,
de la humilde semilla de mostaza
y del lirio y del pájaro desnudos.

No podría tomar tu pecho por almohada
ni cabría en los pastos que triscan tus ovejas.

Reverbera mi hogar en el crepúsculo.

Yo dormiré en la Mano que quiebra los relojes.

II

Detrás de mí tan sólo las memorias borradas.
Mis muertos ni trascienden de sus tumbas
y por primera vez estoy mirando el mundo.

Soy hija de mí misma.
De mi sueño nací. Mi sueño me sostiene.

No busquéis en mis filtros más que mi propia sangre
ni remontéis los ríos para alcanzar mi origen.

En mi genealogía no hay más que una palabra:
Soledad.

III

Sedienta como el mar y como el mar ahogada
de agua salobre y honda
vengo desde el abismo hasta mis labios
que son como una torpe tentativa de playa,
como arena rendida
llorando por la fuga de las olas.

Todo mi mar es de pañuelos blancos,
de muelles desolados y de presencias náufragas.
Toda mi playa un caracol que gime
porque el viento encerrado en sus paredes
se revuelve furioso y lo golpea.

IV

Antes acabarán mis pasos que el espacio.
Antes caerá la noche de que mi afán concluya.

Me cercarán las fieras en ronda enloquecida,
cercenarán mis voces cuchillos afilados,
se romperán los grillos que sujetan el miedo.

No prevalecerá sobre mí el enemigo
si en la tribulación digo Tu nombre.

V

Entre las cosas busco Tu huella y no la encuentro.
Lo que mi oído toca se convierte en silencio,
la orilla en que me tiendo se deshace.

¿Dónde estás? ¿Por qué apartas tu rostro de mi rostro?
¿Eres la puerta enorme que esconde la locura,
el muro que devuelve lamento por lamento?

Esperanza,
¿eres sólo una lápida?

VI

No diré con los otros que también me olvidaste.
No ingresaré en el coro de los que te desprecian
ni seguiré al ejército blasfemo.

Si no existes
yo te haré a semejanza de mi anhelo,
imagen de mis ansias.

Llama petrificada
habitarás en mí como en tu reino.

VII

Te amo hasta los límites extremos:
la yema palpitante de los dedos,
la punta vibratoria del cabello.

Creo en Ti con los párpados cerrados.
Creo en Tu fuego siempre renovado.

Mi corazón se ensancha por contener Tus ámbitos.

VIII

Ha de ser tu substancia igual que la del día
que sigue a las tinieblas, radiante y absoluto.
Como lluvia, la gracia prometida
descenderá en escalas luminosas
a bañar la aridez de nuestra frente.

Pues ¿para qué esta fiebre si no es para anunciarte?

Carbones encendidos han limpiado mi boca.

Canto tus alabanzas desde antes que amanezca.

                                                                      Rosario Castellanos



De la Vigilia Estéril (1950)




Hace 50 años ya... creí que sería diferente, me lo imagine muy diferente. 

Samsara al fin y al cabo. 


Y lo entiendo, como hace 50 años, este 10 mayo 2020, no están los ánimos para celebrar nada.










15 noviembre, 2016

belleza amarga...




Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. —Y la encontré amarga.—Y la injurié...


A. Rimbaud







" A negra, E blanca, Y roja, U verde, O azul: vocales, 
algún día diré vuestro origen secreto; 
A, negro corsé velludo de moscas relucientes 
que se agitan en torno de fetideces crueles, 
golfos de sombra; E, candor de nieblas y de tiendas, 
lanzas de glaciar fiero, reyes blancos, escalofríos de umbelas; 
I, púrpura, sangre, esputo, reír de labios bellos 
en cóleras terribles o embriagueces sensuales; 
U, ciclos, vibraciones divinas de los mares verduscos, 
paz de campo sembrado de animales, paz de arrugas 
que la alquimia imprimió en las frentes profundas; 
O supremo clarín de estridencias extrañas, 
silencio atravesado de Ángeles y de Mundos; 
O, la Omega, el reflejo violeta de sus Ojos! "

A. Rimbaud





17 agosto, 2016

La luna ya no viene a la fragua...




Oficialmente entre el 17-18 de agosto de 1936, Lorca fue detenido en casa de Luis Rosales, para después ser asesinado a manos de franquistas.

Se cumplen 80 años de su detención, el brutal y cobarde asesinato, y a la fecha, no se han localizado sus restos, por lo que sigue siendo un desaparecido de la dictadura franquista, como miles más de republicanos.

Como un llamado por la dignidad que merecen todas las víctimas del franquismo, me he atrevido a glosar, el que es quizá, el más famosos de sus romances gitanos,  es un pequeño homenaje, porque aunque pasen muchos años, No pasarán al olvido.





La Luna ya no viene más a la fragua
con su polisón de nardos blancos,
el niño ya no la mira, mira,
el niño ya no la está mirando.

En el aire del mundo conmovido
se mueve tierra y mar por tu rastro
pero no se encuentra, rubrica ni zanja,
ni huella que logre dar con tu duro tálamo.



Huye Luna, Luna, Luna
huye de este mundo agrietado,
que han desgajado tu corazón,
sólo para hacerse collares y anillos blancos,

Huye Luna, Luna, Luna
que tras el poeta vienen cabalgando
Huye Luna, Luna, Luna
aunque el niño te haya pisado
tu blancor almidonado.

Dicen que un jinete se acercaba
para sólo hallar en la fragua
un Nardo caído con sus ojillos cerrados.
Ahí donde los gitanos encontraron,
un hueco de luna sin pecho,
entre risas de duro estaño.

¡Ay sólo llora la zumaya!
¡Ay que ya no canta el árbol!
Porque en el cielo no hay luna
ni va con el niño de la mano.





Aquí en esta fragua hueca
damos gritos y lloramos gitanos,
porque Federico eran todos,
porque Lorca seguimos siendo todos,
y el aire vela, vela
el aire te está velando.








29 noviembre, 2014

¡Ay voz secreta del amor oscuro!



¡Ay voz secreta del amor oscuro!
¡ay balido sin lanas! ¡ay herida!
¡ay aguja de hiel, camelia hundida!
¡ay corriente sin mar, ciudad sin muro!

¡Ay noche inmensa de perfil seguro,
montaña celestial de angustia erguida!
¡ay perro en corazón, voz perseguida!
¡silencio sin confín, lirio maduro!

Huye de mí, caliente voz de hielo,
no me quieras perder en la maleza
donde sin fruto gimen carne y cielo.

Deja el duro marfil de mi cabeza,
apiádate de mí, ¡rompe mi duelo!
¡que soy amor, que soy naturaleza!

 Federico García Lorca

21 marzo, 2014

Niña, sólo niña...


Niña

Nombras el árbol, niña.
Y el árbol crece, lento y pleno,
anegando los aires,
verde deslumbramiento,
hasta volvernos verde la mirada.

Nombras el cielo, niña.
Y el cielo azul, la nube blanca,
la luz de la mañana,
se meten en el pecho
hasta volverlo cielo y transparencia.

Nombras el agua, niña.
Y el agua brota, no sé dónde,
baña la tierra negra,
reverdece la flor, brilla en las hojas
y en húmedos vapores nos convierte.

No dices nada, niña.
Y nace del silencio
la vida en una ola
de música amarilla;
su dorada marea
nos alza a plenitudes,
nos vuelve a ser nosotros, extraviados.

¡Niña que me levanta y resucita!
¡Ola sin fin, sin límites, eterna!

Octavio Paz 21mzo2014, día de la poesía.



La poesía siempre sedujo mi alma y mi respiración, pero si hubo un libro que cambiará mi perspectiva ante lo que es la poesía es Libertad bajo Palabra de Octavio Paz y que junto con El Arco y la Lira, me han enseñado que la poesía no se escribe como renglones chiquitos. Nace en la palabra, es el manejo de la imagen; el  trabajo que como fino orfebre el poeta hace de cada una de las palabras y sus sonidos, juega con ellos para engarzar un poema, en el cual, cada verso es vital, es un latido, cada verso es insustituible. 

Con estos dos libros aprendí que el trabajo del poeta es un oficio, que cada palabra hay que labrarla, golpearla y, algunas veces, con la rudeza del marro y el yunque para fraguar con ella nuevos sentidos, hacerle surgir nuevas imágenes. Labrar de la palabra lenguas de acero que sobreviven a la llamas y el hielo. En cada poema la palabra se viste de otra piel,adquiere nuevas alas y con ellas surca otros cielos.  

Cuando abrí este blog en el 2011, el propósito inicial era establecer diálogo poético con un poeta que admiro. Lo que nunca imagine es que estas breves entradas, a las que a veces les doy largos silencios, pudieran hacerme recuperar algo que creí perdido tras diez años de no escribir, y que ha sido la fortuna de volver a escuchar esa voz de la que hablaba Góngora, la "voz de la Musa que dicta rimas sonoras al que trabaja y escucha entre la tinta". Y así, este blog, poco a poco, se ha convertido en un espacio en que el espíritu ha ido curando sus propias heridas y las alas, aunque fracturadas, han comenzado a aletear un poco y a pequeños saltos, van recuperando esa capacidad para volar.

Es por esto que el día de hoy que se celebra el día de la poesía, yo quiero compartir con ustedes, este poema: Niña de Octavio Paz que ha sido un fuego abrasador que trastoco mi alma cuando tendría quizá once o trece años y que aún ahora, me conmueve profundamente. Quiero compartirles las palabras de este hombre, cuyas reflexiones de lo que es la poesía y el oficio de la palabra escrita me han guiado en la distancia, ya que sólo soy uno más de sus lectores, nunca me acerqué a él en vida, aunque sí asistí a algunas de sus conferencias.

El día de hoy también quiero agradecer a todos aquellos que tiene a bien seguirme en mi blog y que han hecho con sus lecturas, que cada entrada se convierta en un reto y en una reconstrucción de un espíritu que pensé quebrado para siempre. 

Muchas gracias por leerme, por los comentarios que me hacen, por seguirme e incluso establecer conmigo contacto en redes. Su lectura me anima a seguir escribiendo. 

Feliz día de la primavera y feliz día de la poesía.

Lucía de Luna, L´letraferit, Aitana Lúa.

22 febrero, 2014

Machado, pisadas de otras soledades...

ME DIJO UN ALBA DE LA PRIMAVERA

Me dijo un alba de la primavera:
—Yo florecí en tu corazón sombrío
ha muchos años, caminante viejo
que no cortas las flores del camino.

Tu corazón de sombra, ¿acaso guarda
el viejo aroma de mis viejos lirios?
¿Perfuman aun mis rosas la alba frente
del hada de tu sueño adamantino?

Respondí a la mañana:
—Sólo tienen cristal los sueños míos.
Yo no conozco el hada de mis sueños,
ni sé si está mi corazón florido.

Pero si aguardas la mañana pura
que ha de romper el vaso cristalino,
quizás el hada te dará tus rosas;
mí corazón, tus lirios.

                                        Machado

05 agosto, 2013

Insomnio desde 1936




INSOMNIO

Dámaso Alonso



Insomnio

Madrid es una ciudad de más de un millón de
cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo
en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar
los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán,
ladrando como un perro enfurecido, fluyendo
como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a dios, pregun
tándole por qué se pudre lentamente mi alma.
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en
esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lenta-
mente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas letales de tus noches?


Lectura de Dámaso:








Enlaces a unas líneas que escribí sobre: Trece Rosas

Sobre Guernica: paramos del olvido






21 marzo, 2013

Enheduanna o Enkheduanna, poeta acadia



Inanna
Reina de todos los poderes concedidos
Desvelada cual clara luz
Mujer infalible vestida de brillo
Cielo y tierra son tu abrigo
Eres la elegida y sacrificada, Oh tú
Grandiosa por tus galas
Te coronas con tu bondad amada

Suma sacerdotisa, eres justa
Tus manos se aferran a los siete poderes fijos
Mi reina, la de las fuerzas fundamentales
Guardiana de los orígenes cósmicos y esenciales
Tú exaltas los elementos
Átalos a tus manos
Reúne en ti los poderes
Aprisionándolos en tu pecho

Esculpes cual depravado dragón
Con tu veneno llenas la tierra
Aúllas como el dios de la tormenta
Cual semilla languideces en el suelo
Eres río henchido que se precipita bajo la montaña
Eres Inanna
Suprema en el cielo y la tierra.





Estos versos se escribieron cerca del año 4,000 A. C., ni siquiera fueron escritos en tinta sino con punzón en tabletas de arcilla, son fragmento de palabras labradas con la voz de Enheduanna o Enkheduanna, no sólo fue mujer y la primer poeta de la que tenemos conocimiento en la historia; sino también sacerdotisa y teóloga. Era Acadia, hija del rey Sargón de Akkad, nombrada por su padre como suma sacerdotisa de Nanna o Nannar, el dios-Luna sumerio, una de las mayores divinidades del panteón mesopotámico, en Ur.

Si se gira un poco el punto de vista, el sol son los ciclos diarios y cotidianos pero la luna representa los ciclos más largos, los relacionados a la perennidad y a la trascendencia del alma, son el vínculo entre vida y “un más allá”, revelado sólo a los elegidos e iniciados. Con este poema de Enheduanna queda evidente como la raíz de poeta y vate, que significa tanto adivino como poeta se vincula entre la profecía y la palabra, es el que nombra porque posee el poder para contactar el alma y logra generar con sus visiones una conexión entre el mundo vivo y el mundo del espíritu. Por ello, la sacerdotiza, escribas y pitonisas es poseedora de una comunicación divina y del conocimiento. Sin embargo; a pesar de su talento e importancia Enheduanna o Enkheduanna fue expulsada del templo y desterrada, dejando tras de sí estas palabras que han sobrevivido como testimonio de su lamento:




“Yo, la que alguna vez se sentó triunfante
fui arrojada del santuario,
como una golondrina (Lugalanne) me hizo volar por las ventanas,
y mi vida se fue consumiendo.
El me hizo caminar sobre las breñas al borde del desierto
Me arrancó la corona
y me dio daga y espada: “esto es para tí” -me dijo.



 Mi reflexión el día de hoy, a 4,000 años de estas palabras y en que se celebra el día mundial de la poesía,  creo que es buen momento para reflexionar como las palabras, su voz, su textura, su combinación generan imágenes que nos pueden trastocar el aliento, transformar la mirada. En la poesía convergen cuerpo y espíritu y cuando se unen en armonía es que realmente podemos llamarnos seres humanos porque el espíritu y la vida se unen y comunican en una plenitud que llamamos el “ser”.  La poesía es la expresión casi divina de esta unión, no es un talento es una forma del ser y su expresión. No es el “tener o hacer”; con los cuales el espíritu con sus emociones y sensaciones quedan relegados, sino un “ser”, y es posible, que ahí radique que a milenios de estas primeras líneas de una expresión del ser, del hablar con el espíritu y para el espíritu, no entre lo terrestre o humano, sino de los dioses siga siendo tan complicado poder definir ¿qué es poesía?


Referencias:




Artículo amplio para profundizar en el tema:




Yo hablo porque tú meces los follajes diría Octavio Paz milenios después de Enheduanna pero la transmutación del espíritu sigue siendo el mismo latido sin tiempo, ni orillas.



Si hay problema de visión del poema aquí el enlace al fragmento:

https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=xn4KeUQkEV8


poema completo en voz del autor:

https://www.youtube.com/watch?v=XI2fhqEeWPQ

Poema completo:

http://www.poesi.as/op17058.htm




23 diciembre, 2012

Hálitos de invierno



invierno




La anciana madre invierno,
comienza su  gélido deambular por el mundo.
Algunos duermen, otros sueñan. 

El agua detiene sus pasos, se viste de hielo,

y en voz del viento
 un eco de la voz del poeta:



  



Noche Cerrada



Frío_invierno
Campo desnudo. Sola
la noche inerme. El viento
insinúa latidos
sordos contra sus lienzos.

La sombra a plomo ciñe,
fría, sobre tu seno
su seda grave, negra,
cerrada. Queda opreso

  el bulto así en materia
de noche, insigne, quieto
sobre el límpido plano
retrasado del cielo.
  
Hay estrellas fallidas.
Pulidos goznes. Hielos
flotan a la deriva
en lo alto. Fríos lentos.


 

Nos presentó el invierno

Una sombra que pasa,
sobre el contorno serio
y mudo bate, adusta,
su látigo secreto.

Flagelación. Corales
de sangre o luz o fuego
bajo el cendal se auguran,
vetean, ceden luego.

O carne o luz de carne,
profunda. Vive el viento
porque anticipa ráfagas,
cruces, pausas, silencios.

                                                              V. Aleixandre














FELICES FIESTAS DECEMBRINAS 


FELIZ NOCHE BUENA 


UN MUY BUEN AÑO NUEVO


Y MIS MEJORES DESEOS PARA EL 2013





13 abril, 2012

En soledad de Cernuda


En soledad. No se siente
el mundo, que un muro sella;
la lámpara abre su huella
sobre el diván indolente.
Acogida está la frente
al regazo del hastío.
¿Qué ausencia, qué desvarío
a la belleza hizo ajena?
Tu juventud nula, en pena
el blanco papel vacío.

             
                          L. Cernuda

25 enero, 2012

La paloma se equivocaba...



En 1941 Rafael Alberti, escribió su poema "La Paloma se equivocaba" quizá se inspiro en este dibujo de su amigo Picasso al que título la paloma del futuro y en ese mismo año le pusieron música. Lo realmente asombroso es que poema, música e imagen siguen vigentes más que nunca. ¿hace cuántos años que somos ese futuro? (hay una licencia, el dibujo de Picasso es de años después, ¿habrá sido a la inversa la inspiración, como la paloma que se equivocaba?)




La paloma

Se equivocó la paloma,
se equivocaba.

Por ir al norte fue al sur,
creyó que el trigo era el agua.
Creyó que el mar era el cielo
que la noche la mañana.

Que las estrellas rocío,
que la calor la nevada.
Que tu falda era tu blusa,
que tu corazón su casa.

(Ella se durmió en la orilla,
tú en la cumbre de una rama.)

Rafael Alberti




22 diciembre, 2011

Solsticio



El frío, sólo un aire frío nos recuerda como se deshojan los últimos días del año.

Es el solsticio, hoy debía ser navidad o Saturnalia o celebración de fuego.

Pero sólo fue un día corto con voz helada que deambulo brevemente para dar paso a la voz nocturna.

Me han contado que hay lugares en el mundo en que el invierno habla con voces de hielo hecho estrellas de cristal, como si el universo descendiera a las manos de los transeúntes. Dicen que son trozos gélidos de besos entre nube y viento. Pero no lo sé porque no conozco la nieve, debe ser como deambular un sueño blanco.

Aquí, cuesta escribir, las manos se entumecen como los pensamientos. Y recurro a simplemente copiar y pegar estas líneas escritas en el siglo XVII, por un poeta verdaderamente grandioso que hizo de la imagen un salto inaudito en el tiempo.

                                                                                                                                             L'l




Hurtas mi vulto y cuanto más le debe
a tu pincel, dos veces peregrino,
de espíritu vivaz el breve lino
en los colores que sediento bebe,

vanas cenizas temo al lino breve,
que émulo del barro le imagino,
a quien (ya etéreo fuese, ya divino)
vida le fió muda esplendor leve.

Belga gentil, prosigue al hurto noble;
que a su materia perdonará el fuego,
y el tiempo ignorará su contextura.

Los siglos que en sus hojas cuenta un roble,
árbol los cuenta sordo, tronco ciego;
quien más ve, quien más oye, menos dura.

                                                                                                                 Luis de Góngora.




©Lucía de Luna