22 diciembre, 2011

Solsticio



El frío, sólo un aire frío nos recuerda como se deshojan los últimos días del año.

Es el solsticio, hoy debía ser navidad o Saturnalia o celebración de fuego.

Pero sólo fue un día corto con voz helada que deambulo brevemente para dar paso a la voz nocturna.

Me han contado que hay lugares en el mundo en que el invierno habla con voces de hielo hecho estrellas de cristal, como si el universo descendiera a las manos de los transeúntes. Dicen que son trozos gélidos de besos entre nube y viento. Pero no lo sé porque no conozco la nieve, debe ser como deambular un sueño blanco.

Aquí, cuesta escribir, las manos se entumecen como los pensamientos. Y recurro a simplemente copiar y pegar estas líneas escritas en el siglo XVII, por un poeta verdaderamente grandioso que hizo de la imagen un salto inaudito en el tiempo.

                                                                                                                                             L'l




Hurtas mi vulto y cuanto más le debe
a tu pincel, dos veces peregrino,
de espíritu vivaz el breve lino
en los colores que sediento bebe,

vanas cenizas temo al lino breve,
que émulo del barro le imagino,
a quien (ya etéreo fuese, ya divino)
vida le fió muda esplendor leve.

Belga gentil, prosigue al hurto noble;
que a su materia perdonará el fuego,
y el tiempo ignorará su contextura.

Los siglos que en sus hojas cuenta un roble,
árbol los cuenta sordo, tronco ciego;
quien más ve, quien más oye, menos dura.

                                                                                                                 Luis de Góngora.




©Lucía de Luna

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