18 julio, 2013

Canto de Sirena Mítica I






Un aroma de estrella marina y hielo es el único rastro que ahora fisura al mundo y sus vacíos. Canto de una sirena que cercena los giros del agua. 

En este abismo emerge un gimoteo lánguido y seco, sollozo de lejanía donde se sostiene, con agudeza, el rastro de una breve pisada azul, ahí donde se degüella al desconsuelo y sus mareas. 

Estos son los ritmos de las tempestades, las que a pedazos quiebran la paz del océano y flotan entre el oleaje, como los restos de un naufragio antiguo. 

Trozos de las últimas lágrimas de la creación, agudo eco del principio del mundo y la vida. 

Ya no es el llanto de aquella Sirena, en la que encalló el alma de Ulises, no, aquí, en este acuífero, es un desierto donde no quedan marineros que atiendan a estos milagros de voces entre algas y caracolas congeladas. 

Navegamos los confines del mundo,  y el mar dejo de ser cielo de agua ya sólo es un infinito que nos observa en piel marina agonizante.  

Y entre las lágrimas de los esteros emerge una danza de oropel entre témpanos de olvido; es una voz que canta efímeras loas en arrullos de olas quietas.  



2 comentarios:

  1. Los cantos de los olvidos se van alejando entamente, entre el agua infinita de los mares.

    Las ballenas se alejan de quedar varadas en las playas de los anclajes, para elevar su canto.

    Las lágrimas de azucena seguirán luciendo las pestañas, con hilos de dolor en retirada.

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  2. Dejándonos llevar por las palabras nos sumergimos, en una marea densa de sutilezas marinas, arrulladas por las corrientes nos trasladamos al otro lado de los sueños.
    Un placer leerte.

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