Aquí, lejos, muy
lejos, sin raíz y sin luna, desarbolado y ciego...
Juan
Rejano
La tinta emerge, voz
que agrieta la memoria en desvanecimiento de la mirada.
El lamento sigiloso, asoma entre olvido como breve atisbo, un segundo y tu sonrisa quedó impresa en tinta luz que titila latidos.
La única revuelta de la que
te podían acusar, eran los enormes vuelos que alcanzaste libre para hurgar en el
cielo los destinos. Sólo eras culpable por abrir las alas...
Hoy, tu tinta es lo único que nos queda, sólo tu tinta que
garabatea imágenes y sueños, esa tinta que pisa el mundo entre los resquebrajamientos del agua y que ninguna bota podrá borrar.
Bello canto contra el olvido. Letras de sangre, y extravío. Que rescatas del mar sombrío.
ResponderEliminarUn abrazo.