Cuando los diamantes estallaron
en estrellas te soñé verme reflejada en aquella barca que entrecruza los destinos.
Ventanas como ojos deambulaban en la serpenteante voz del agua.
Y, caminé con entereza a esa coronación del cadalso en donde tus labios secos diluviaron mi ausencia.
Ventanas como ojos deambulaban en la serpenteante voz del agua.
Y, caminé con entereza a esa coronación del cadalso en donde tus labios secos diluviaron mi ausencia.
©Lucía
de Luna
Tu silencio acompasado arde en mi boca,
ResponderEliminarEsquiva dulce música torrencial.
"No huyas, ninfa, pues no te sigo".
Pequeñas chispas de vida engañan mi mirada, asomada a una ventana que me ofrece una vista, sobre el puente de tu destino, salvando un agua inquieta,
ResponderEliminarcomo los pesares del cadalso.