Tu pupila, oscuro lago de un universo
que dibuja trazos, en un silencio azul que araña huecos de fuego frío.
Cenizas de aspiración que miran mirar como se mira aquel instante despeñado.
Fatalidad de un aliento sin sombra, giro de azar de miradas que no engarzarán más los reflejos.
©Lucía
de Luna
Acaso no sean mayores los momentos, y se vayan entre la prisa y el afán del tiempo; y entre aquellos que se aman, el pecho de verdad renazca entre estallidos de estrellas que no vemos... Bello, Lucía...gracias...
ResponderEliminarMomento, tiempo y espacio solo giran y juegan a encuentro y desencuentro, el milagro del amor no es la mirada sino coincidir con las alas abiertas y los labios dispuestos a toda aventura de palabra e historia.
EliminarQue bellas palabras tienes a bien dejarme Pepe-Nacho, mil gracias. Tus blogs me encantan, escribes muy bien. Un saludo agradeciendo tu lectura. Lucía
Los alientos sin sombra, reptando hacia la luz, se aclimatan al día. Y acompasando luz, tiempo y alma, acaban asomando a través de la mirada azul.
ResponderEliminarAzul como el reflejo del cielo en el lago de los sueños.
Si me permites.
Un abrazo
(Mil imágenes)
ResponderEliminarTu palabra, mi universo:
Donde tu mirada derrama verbo
Y mis labios susurran tu imagen.
Sin pálidos subterfugios.
Tu universo, mi palabra.
Sin principio, sin fin.
En el sin sonido obscuro, sin reflejos que alumbren, la mirada sorprendida, ante la fuerza de otros ojos cuyo aliento comparte el propio, formulan la palabra que ambos quieren oír.
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